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Liderando desde tu esencia femenina

Dualidad de concepto


Masculino y femenino no equivale a hombre y mujer, sino que son aspectos presentes en el hombre y en la mujer.

En la filosofía oriental, son principios que rigen la vida: ellos lo explican a través del Ying-Yang, opuestos y complementarios están presentes en hombres y mujeres.

En occidente, Carl G. Jung distinguió entre el animus y el ánima, ambos principios también relacionados con lo femenino y masculino. Hablamos de femenino enfatizando las características de este paradigma, reclamando mayor presencia de esta fuerza o energía en el liderazgo, para equilibrar lo que durante tanto tiempo ha estado desbalanceado.

La fuerza del progreso es en sí una fuerza de avance, una fuerza conectada con los resultados, una fuerza intrínsecamente masculina, asociada a metas, competir, conquistar, imponer jerarquía, dominar, superar obstáculos y alcanzar el máximo poder. Si bien la energía masculina está naturalmente en los hombres, no significa que las mujeres no poseamos una gran dosis de ella. La historia está llena de ejemplos de “damas de hierro” que soslayaron el aporte femenino que podrían haber sido.

Cambio de perspectiva


Volver a las raíces, (de lo femenino) aun cuando puede ser interpretado como devolverse…. Es avanzar hacia características humanas de Maestría.. muy relacionadas con el construir relaciones armónicas y actuar la mayor parte del tiempo, dando la mejor versión, apoyando al otro para sacar su mejor versión.

En primer lugar quiero apuntar que no nos estamos refiriendo al movimiento para la liberación de la mujer o feminismo. Es interesante el hecho de que le pongamos apellido al liderazgo: liderar es liderar, la cuestión es qué es este estilo de liderazgo es el que estamos necesitando hoy en nuestro mundo.

Históricamente, lo femenino se ha asociado a la emocionalidad y a la debilidad, características que hemos juzgado negativas para progresar. En su lugar nos hemos apoyado en la ley del más fuerte, la razón por encima del corazón, lo exterior sobre lo interior; por lo tanto, nos hemos quedado divididos, sin dulzura y con poca flexibilidad para el aprendizaje.

El liderazgo tradicional tal como lo conocemos está empezando a quebrarse, dado que no puede hacerse cargo de las cuestiones esenciales que nos plantea la crisis; por esa razón necesitamos retornar a lo femenino (siempre hablando de tendencias de liderazgo, no de género), ya que necesitamos aprender nuevas maneras de responder ante las circunstancias.

Las grandes crisis que estamos experimentando, la crisis climática, la pérdida de la biodiversidad, la crisis energética, la crisis monetaria, son consecuencia de la manera en la que nos hemos relacionado con el planeta.

Los humanos hemos sido la especie que ha liderado la evolución, lo hemos hecho de acuerdo con las necesidades históricas, por lo tanto hemos avanzado utilizando todos los recursos disponibles, pero no hemos medido las consecuencias. Si bien esto nos permitió prosperar, hoy nos enfrentamos al desgaste producido por la guerras, la violencia, el desempleo, escasez de recursos y de amor: nos hemos servido del planeta como un recurso para nuestra supervivencia, confundiendo "progreso" con "evolución".

No nos dimos cuenta de que el avance ha sido lineal: hemos hecho esto para conseguir aquello, para TENER sin prestar atención al SER, lo que nos ha dejado vacíos de sentido. Hoy no solo importa lo qué hacemos, sino quiénes somos cuando hacemos lo que hacemos. Comprender esto nos abrirá muchas posibilidades hacia el futuro, tales como ampliar nuestras capacidades, desarrollar habilidades e integrar los aspectos personales y profesionales conectando nuestras acciones con nuestra esencia.

Avanzar en femenino

Debemos entender qué nos aporta lo masculino y qué nos aporta lo femenino, así podremos desarrollar nuestras potencialidades de forma equilibrada.

La clave de nuestra evolución, ya sea personal, profesional, como organización o comunidad, está en nuestra capacidad de incluir, integrar, consensuar, unir y expandirnos a través de la co-creación de espacios de aprendizaje que fomenten el liderazgo horizontal.

Si queremos evolucionar, ampliar nuestro nivel de consciencia, tendremos que conectar con los aportes de la energía femenina. Mientras lo masculino tiende a la meta, lo femenino tiende al proceso, paso a paso, lo que permite ejercer el liderazgo con mayor presencia. Estar presente es una gran habilidad del líder para gestionar personas en situaciones de presión, alta exigencia o conflicto.

Más allá del género
no es lo mismo liderazgo femenino que mujeres liderando o que hombres con la energía femenina desarrollada.

Insisto que no es una cuestión directamente relacionada con el género: podría haber más mujeres en altos cargos que continúen en la inercia de un liderazgo tradicional desconectadas de su esencia femenina, lo que contribuiría a aumentar el desequilibrio del que hablamos antes.

El liderazgo auténtico es un factor muy importante que las mujeres pueden aportar si dejan de creer que se debe conducir con mano de hierro para prosperar porque ésta es la única manera en que subirá la escalera corporativa.

La tiranía y el autoritarismo no aportan crecimiento alguno. Líder y dictador son posturas muy distintas, el liderazgo no debe ser cosechado por el miedo, sino por el consenso y la confianza en el líder.

Las mujeres han de abandonar el sentimiento de que deben actuar pasivamente y ajustarse a las ideas tradicionales del liderazgo feminista. Más bien, deben ser fieles a sí mismas, darse cuenta de su influencia como líderes, abandonar el rol de víctima y asumir la responsabilidad de lo que tienen para dar a la comunidad, a la empresa, a la ciencia, a la economía, a la familia, a la política, etc.

Pero ocurre que al no tener cercano un modelo propio de éxito al que dirigirse, la mujer se inicia en el aprendizaje de la competición, de la consecución de objetivos, se exige a sí misma la perfección y no se tolera su propia vulnerabilidad.

Mide su autoestima y valía en comparación con los patrones masculinos de productividad y esto es mortal para lo femenino, porque se activa un circuito en el que empieza a desacreditar y a rechazar la expresión de sus emociones, a restar valor a su intuición y a su creatividad, a ignorar la sabiduría de su cuerpo, a no dar valor a las relaciones genuinas con otras mujeres, a intentar ajustarse a la imagen cultural de mujer ideal y a rechazar su esencia.

Con todo ello, pierde confianza en sí misma y pierde la fuerza de su poder personal. Desconociendo que al apartarse de su esencia esta dejando guardados los verdaderos talentos que la llevaran a consolidar las habilidades de liderazgo que las organizaciones de vanguardia hoy valoran, por que han verificado con la experiencia que son las que generan las dinámicas y escenarios necesarios para que la gente se quede (Retención) y de lo mejor de si mismo (Engagement) las dos variables tan deseadas en las organizaciones exitosas de hoy.

En busca del equilibrio

Lo primero es aceptar y reconocer cada una de estas energías o principios femenino-masculino en nosotros mismos y en nuestro estilo de liderazgo.

Observar cómo somos y desde dónde actuamos a la hora de liderar nos permitirá observar dónde está el desequilibrio e iniciar el proceso de restablecer la coherencia, entre mi cuerpo, emociones y pensamientos, lenguaje y esencia.

Al auto-observarnos se activa una de las herramientas mas importantes del Ser Humano, su capacidad de darse cuenta…observar sus resultados con ciertos comportamientos ejemplo:

comportamiento Autoritario (mas asociado hacia lo masculino) - Resultado que genera: Deterioro de la relación, baja la confianza, resentimiento en el otro, corta la comunicación, gente sumisa no proactiva. Motivación de dar lo minino posible.

Comportamiento de liderazgo inspirador: (mas asociado hacia lo femenino) Resultado que genera: Genera vínculos mas fuertes en la relación, aumento de la confianza, comunicación fluida, desarrollo del otro. Motivación por dar la milla extra.

Resultado de la observación consciente: Dejo de responder automáticamente como siempre lo he hecho desde mis creencias, carencias etc. Y decido elegir conscientemente el comportamiento que genera el resultado que busco.

Aprendiendo a liderar


No sólo se puede aprender a liderar, sino que es altamente recomendable para la salud integral del ser humano.

Liderarnos a nosotros mismos es el primer desafío; aprender a estar en nuestro centro y a actuar desde él es fundamental para nuestra integridad como individuos y vital para nuestra felicidad.

Conectados a nuestro centro, (característica mas del liderazgo femenino LF) las personas podemos ofrecer un natural estilo de liderazgo que nos permita avanzar hacia los objetivos personales y profesionales en armonía con el grupo y con nosotros mismos.

Desde este liderazgo natural nos permitimos “la danza de roles”: entramos y salimos de ellos, cedemos espacio para que otros también lo hagan, un movimiento vital para practicar el liderazgo femenino. Este vaivén produce un aprendizaje nuevo, transformador, que hace del liderazgo una espiral ascendente, lo que inevitablemente nos conducirá a expandirnos como personas y como líderes.

A manera de ejemplo me gustaría escuchar cuales de las mal llamadas competencias blandas….que hoy se han demostrado que son la base dura de las organizaciones, en la medida en que es lo único que les permite generar resultados sostenibles y de largo plazo a diferencia las organizaciones de antaño donde se valoraba la ley del mas fuerte, donde lo importante era la inteligencia intelectual y de la inteligencia emocional ni siquiera se hablaba...

En nuestro ejercicio de Head Hunter es gratificante ver la evolución del Ser Humano a través de la evolución de las organizaciones que son fiel reflejo de la evolución de las creencias hacia la verdad del ser humano.

Hace 15 años para lideres de las compañías se buscaban individuos muy orientados hacia el liderazgo masculino, Direccionadores, autoritarios, competitivos, dueños de la verdad revelada, intelectualmente superiores y muy ilustrados…..

Hoy todas sin excepciones las organizaciones multinacionales, exitosas de vanguardia han verificado con la experiencia que este estilo de liderazgo es funcional para ciertos momentos específicos de crisis, o de necesidades puntuales, pero que a largo plazo si se utiliza de manera constante y no situacional genera rupturas en las relaciones líder-gente, impactando la motivación, la estabilidad, el crecimiento y la productividad de las personas impidiendo le desarrollo, los resultados y la sostenibilidad a largo plazo de las organizaciones.

Hoy les estamos ofreciendo una propuesta para liderar tu vida desde la verdadera identidad femenina y aprender a vivir aceptándonos tal y como somos, conectados con nuestra mejor versión y en su expresión logrando los resultados extraordinarios que buscamos.

Dos de los grandes talentos de la energía femenina es la intuición y el fluir con la vida vs la necesidad de control y de tener la razón, actuando bajo esa razón… Que ha llevado al ser humano a tantos fracasos a nivel personal y social.

Hacia un Liderazgo Genuino

Liderar Genuinamente es ejercer liderazgo desde la autenticidad, desde ese lugar donde te sientes libre para ser tú mismo, y dejas a los otros ser ellos. Y para llegar a ese lugar, se necesita pulir aquello que te aleja de tu propia libertad.

Creemos que el Liderazgo Genuino es un espacio de integración de nuestro masculino y femenino internos, y como tenemos mas a la mano el masculino, dado el paradigma patriarcal existente, donde la maravillosa fuerza masculina ha tomado protagonismo por siglos, es que decimos que el Liderazgo Genuino comienza por reconquistar, re enamorarnos y re encantarnos con nuestro femenino para ponerlo al servicio de la organización de una manera integrada.

El viaje hacia este tipo de liderazgo es personal e intransferible, nadie lo puede hacer por ti, no hay libros, ni consejos, ni coach que te de atajos para llegar, Y te demorarás en desarrollarlo lo que te demores.

Las mujeres hemos ido perdiendo la conexión con estas habilidades femeninas, pues nos ha encantado el mundo de lo masculino y hemos seguido sus reglas para pertenecer y conseguir logros. Alejarnos de lo femenino, no nos acerca más a lo masculino, porque nunca seremos hombres.

Nos alejamos de nuestra esencia y eso produce desazón.

Creemos que estamos en un momento preciso de la historia, donde estamos llamadas a integrar estos mundos. Las habilidades masculinas como la orientación a la tarea, enfocarse en el resultado, la capacidad de concretar los proyectos, poner límites, ser pragmático, competir, resolver y dirigir, son muy necesarias en las organizaciones, y han opacado u ocultado las habilidades femeninas.

Hoy, nuestra tarea está siendo re encantarnos con las habilidades femeninas y mirarlas como un aporte para las organizaciones. Compartimos algunas de las habilidades femeninas que hemos ido descubriendo:

  • Intuición

  • Capacidad de escucha

  • Flexibilidad

  • Compasión

  • Calidez

  • Orientación la servicio

  • Empatía

  • Conexión

  • Capacidad de educar y desarrollar

  • Fluidez

  • Seguir el proceso, hacer lo correcto

  • Cooperar vs competir etc

La Maestría de Ser Mujer

Liderar debe ser desde la cercanía, desde la capacidad de aprender a recibir de los demás, de valorar las diferencias individuales y premiar el esfuerzo.

Estoy convencida que las personas que no lideran desde la cercanía no lo hacen por dos razones básicas: la primera, porque no saben. La segunda, porque les da miedo.

Liderar desde la cercanía es más arriesgado que liderar desde la distancia. Pero nunca el camino fácil fue el camino adecuado.

"¿Sabes por que el mar es tan grande, tan inmenso, y tan poderoso? Porque teniendo la humildad de colocarse unos centímetros por debajo de todos los ríos, descubrió que podía ser grande, aprendiendo a recibir."

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